Logramos cumplir un mes, quien lo diría, y se que en las últimas semanas los hemos tenido un tanto abandonados, así que les pido las más sinceras disculpas, pues ni siquiera los finales en la escuela justifican que los descuide de semejante manera.
Hoy les voy a hablar de pijamadas, debo admitir que no soy una experta, pero ayer asistí a mi primer pijamada en 19 años de vida y debo decir que ha sido algo fuera de serie, con decirles que me dormí hasta las 6 y 20 de la madrugada.
Nunca creí que fuera cierto, pero si hay algo mucho más peligroso que mi madre enojada, y eso es 6 jóvenes adultas encerradas solas en una casa por toda una noche, si creen que las mujeres cuentan demasiadas cosas mientras se encuentran en la escuela, deberían estar presente en una de estas fiestas, debo decirles que ni uno sólo de los hombres que estas chicas conozcan quedaran libres durante una velada semejante, y se sorprenderían de todo lo que las chicas pueden decir de un sólo hombre en menos de 5 minutos.
Después de eso están los juegos por supuesto, si alguna vez han intentado jugar charadas me entenderán pero nunca he tratado de hacer algo más difícil que actuar la frase "El ratón vaquero cabalga con el mago merlín hacía el horizonte", debo decir que es algo digno de ver, pues todo mundo aseguraba que parecía más un ratón bailando el Ganman style. Fue todo un reto.
Debo asegurarles que esa pijamada ha sido una de las cosas más divertidas que he hecho en mi vida, sobre todo cuando la comida se hace un lado y la platica se centra en conversaciones incoherentes después de casi 24 horas sin dormir, y es cuando las chicas se pintan tatuajes con plumón que al día siguiente buscan de cualquier manera borrar antes de que alguien más las vea y sufran una gran vergüenza, pues créanme que esas fiestas son como las vegas, todo pasa, y lo que pasa en las vegas... bueno, conocen el resto.
Si quieren un consejo de mi parte, cuando hagan una fiesta parecida, eviten a toda costa los marcadores indelebles, e intenten ignorar los albures cuando llega el momento de las incoherencias.
Siempre suya...
La diablilla.
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