miércoles, 6 de marzo de 2013

¿QUIEN SOY?

Una pregunta común durante la adolescencia, no importa si tenemos 15 o 19 años, siempre queremos saber más de nosotros mismos.

Sin importar cuan cercanos creamos ser a nuestro propio interior, muchas veces no entendemos ni el ¿por qué? que justifica nuestras reacciones, carácter o nuestro modo de sentir; casi siempre actuamos por inercia, si alguien lo hace nosotros lo repetimos y luego culpamos a los demás por no ser capaces de encontrarnos a lo largo del camino.

Dicen que el ser humano es el único que tropieza más de una vez con la misma piedra, pero de igual manera somos los únicos capaces de aprender algo nuevo de esa misma piedra. No es que quiera creerme una experta, yo también me siento confundida la mayor parte de tiempo, pero si he de dar mi opinión, creo que esta se dirigirá al hecho de que la piedra más grande en este mundo somos nosotros mismos.

No importa cuantas veces nos digan como debemos o no debemos ser, el escuchar a la persona que quiere obligarnos a creer algo diferente de lo que realmente somos es nuestra decisión, si no estamos de acuerdo con lo que los demás quieren de nosotros, ¿por qué deberíamos cambiar para parecernos a los demás, por qué entrar a una sociedad y seguir sus reglas si no las entendemos?.

Si algo he aprendido en lo que va de mi corta vida es que nadie puede obligarme a ser o sentir algo a menos que yo deliberadamente, ya sea por debilidad o falta de confianza, se lo permita.

Así que la próxima vez que les surja esta pregunta, no piensen si los demás están de acuerdo, o si realmente les gusta nuestra forma de ser; en lugar de eso libren su mente de todos aquellos que son ajenos a ustedes mismos y primero pregúntense ¿por qué estoy dispuesto a luchar para ser quien quiero ser?, cuando podamos responder esa pregunta, entonces y sólo entonces, seremos capaces de comprender quienes somos y si queremos seguir siendo de esa manera, sin dejar que nadie más nos haga menos por ser diferentes.

Cada quien es único, y no debemos cambiarlo, porque sólo cada uno de nosotros como individuo es capaz de ofrecer lo que esta oculto dentro de nuestros corazones.

Su pequeña diablilla

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