Se que el título les sonara raro, pero me di cuenta de que hace algunas entradas les mencione que me gustaba escribir, y los dejé así sin más, así que pensé (corrijanme si estoy mal) que tal vez... y sólo tal vez, les gustaría leer un poco de lo que se hacer.
Debo decir antes de que lo lean, que no es nada del otro mundo, lo escribí hace ya varios años y la verdad he mejorado mucho en ortografía desde entonces, aun así no quise corregirlo antes de que lo leyera, porque siento que así soy honesta con ustedes y con migo misma.
Tengo una amiga que asegura que al leer mis historias puede conocerme un poco más, así que espero que me digan si es cierto... que me cuenten lo que pueden saber por medio de este cuento.
En fin, espero que lo disfruten, aunque jamás he terminado una historia y este es sólo un fragmento espero que les guste lo poco que tengo para compartir con ustedes.
Este fragmento de historia se titula:
Difícil decisión.
-Me odias_ lo estaba
esperando en la sala, ella era la única humana que era capaz de sorprenderlo,
la única humana que era tan silenciosa como el mismo_ porque tienes sed de mi
sangre_ él la miro_ y esa es exactamente la misma razón para que me desees tanto.
-No quiero que
preguntes sobre eso, jamás_ dijo el con una voz tan suave y dulce, que era
difícil inferir la amenaza impresa en ella.
-Te equivocas_ Sonrío,
pero el sarcasmo en su sonrisa le arrancaba toda la belleza que a él le
gustaba_ no era una pregunta_ algo se rompió, pero a ella no le importaba,
llevaba tiempo esperando ese día_ me salvaste de él, porque no podías soportar
la idea de que yo muriera sin haber probado mi sangre, pero no lo mataste,
entendías demasiado bien su sed, te compadeciste de él y lo dejaste huir, y te
sorprendiste después de que yo me hubiera salvado.
-¿Cuál es el punto del
sermón?_ pregunto desesperado.
-¿Sabes?_ suspiro_
siempre espere despertar siendo alguien diferente de la noche anterior, o
sencillamente… no hacerlo, me sorprende que hayas tenido la fuerza para soportar
tanto tiempo, pero… lo harás en contra de mi voluntad_ estaba afirmando, ella
sabia que era cierto, pero aun así remato_ esa si fue una pregunta… Luke.
-¿Eso es lo que
piensas de mi Lia?
-No eras tu el que
decía que una pregunta no se debía responder con otra_ sonrío al ver la mirada
de él exigiéndole una respuesta_ si, es lo que pienso.
-Como puedes pensar
algo así después de todo lo que…
-No juegues con migo…
ambos sabemos lo que tenias planeado desde un principio Lu_ lo interrumpió, sólo
usaba el diminutivo cuando estaba enojada o decidida, y esa disimulada calma sólo
significaba que ya no había marcha atrás_ compre una casa con ayuda de unas
amigas_ lo miró a los ojos_ me voy a vivir con ellas, ya me he llevado mis
cosas y me iré mañana por la mañana, y mas te vale que despierte siendo humana.
-Me estas amenazando_ dijo
incrédulo_ no puedes marcharte, legalmente soy algo así como tu padre.
-Olvidaste que día es
hoy verdad, no podía esperar mas de ti…_ hizo una pausa para respirar profundo…
y tragar las lagrimas_ es mi cumpleaños Luke, legalmente puedo vivir sola a
partir de hoy, ya tengo mi identificación, así que… me voy.
Se levanto del sillón
en el que se encontraba y se marchó a la que por última ves seria su
habitación, pero antes de cerrar la puerta añadió:
-Podrás visitarme
cuando quieras, la dirección esta encima de la mesa, es solo que ya no quiero
vivir bajo tu techo y callarme todo lo que sucede en esta casa por capricho
tuyo_ cerró la puerta y el quedó en oscuridad.
Lia tenia razón, y él
no podía negarlo, la había conocido muchos años atrás y su sangre lo había
tentado desde la primera vez que había visto a la pequeña niña de la mano de su
madre, así que decidió matarla, pero al verla dormida en su cuarto tuvo una
mejor idea y asesino a sus padres.
Dos años después fue
al orfanato y la adopto, planeaba esperar a que la pequeña cumpliera la mayoría
de edad, así, si sobrevivía podría ser su pareja por el resto de la eternidad,
cosa que era en verdad poco probable, pero no por eso menos tentadora.
Pero alguien se le
adelanto… un día llego a la casa y un hombre estaba inclinado sobre ella
aferrado a su cuello, lo había alejado de ella a la fuerza, pero al ser
conocedor de la fuerza que ejercía la tentación lo dejo ir esperando que al
menos la parte de tener una eterna compañera se cumpliera, pero las cosas no
cambiaron, al menos no como el lo esperaba.
Paso la noche sin que
ella tuviera ningún tipo de alteración, y al día siguiente despertó siendo tan
humana como siempre, el cambio que él esperaba no se había producido, pero algo
mucho más extraño pasó, era como si ella hubiera desaparecido del mapa, o al
menos las características normales que alguna vez había poseído, había perdido
su hipnotizante fragancia, solo podía olerla estando a pocos metros de
distancia, e incluso para su agudo oído le era imposible escucharla, a menos de
que ella le hablara directamente, se había convertido en la única humana capaz
de mentirle a un vampiro, de burlarlo, ni siquiera la hipnosis que solía
producir este a sus victimas podía afectarla.
Al principio se creyó
paranoico, y hasta llegó a pensar que era algo que sólo le pasaba a él, pero
después comprobó que ella se había vuelto invisible para todo vampiro sobre la
faz de la tierra, se había convertido en la única humana capaz de sobrevivir en
un mundo de succionadores de sangre.
De cualquier forma,
aunque su conciencia le reiterara lo que la chica había mencionado segundos
antes, no pudo controlar el arranque de ira que lo había embargado ante sus
palabras.
Lía escuchaba entre
hastiada y divertida el desastre que estaba causando la ira de su vampiro
predilecto, mientras intentaba adivinar que era lo que iba destruyendo en la
habitación contigua.
-<<La única mesa
de madera en toda la casa… el jarrón chino, los demás jamás los rompería, es
demasiado codo… una silla de hierro forjado…>>_ pensaba la chica mientras
sacaba su walkman de la mochilita que había llevado para sobrevivir a su ultima
noche en esa casa, lo colgó en su pantalón en lo que el casete se rebobinaba
por el lado A y se colocó los audífonos.
Sacó de la mochila una
bolsita con sal y un par de rosas a medio marchitar y procedió a cubrir la parte
inferior de la puerta con la sal y coloco las rosas en la cama, una a cada
costado de donde ella descansaría esa noche, claro que confiaba a el… pero… no
era malo tomar una que otra precaución.
Estaba terminando de
tomar sus “precauciones innecesarias” cuando escucho el “crack” del walkman y
le dio clic a el botón cuadrado de play, después se dirigió a la cama y se
recostó, subió el volumen satisfecha de que la música bastara para tapar el
ruido del berrinche que se estaba llevando acabo afuera y se quedo dormida
mientras cantaba una de las canciones de su casete de Joan Sebastian.
A la mañana siguiente
todo seguía igual dentro del cuarto cuando la luz del sol la levantó, y después
de que despertó completamente salió del cuarto a comprobar los daños. No era
tan grave como se lo había imaginado que seria, ya no había sala, y parte del
comedor estaba destrozado, pero a comparación de berrinches anteriores, la casa
estaba perfecta.
Ya afuera preparó su
desayuno sin preocuparse por la intervención de Luka, posiblemente estaría
durmiendo en su cuarto de pánico.
Se sentó en lo que
quedaba del comedor a desayunar recordando viejos tiempos, la casa no era muy
grande, sin embargo había sido suficiente para una niña, se entraba por una
puerta desgastada por los años de color azul, desde esta se podía ver la
pequeña sala que constaba de dos sillones rústicos y una mesita de centro,
justo a un lado estaba el comedor, que era en si una mesa redonda de hierro
forjado y cristal y seis sillas, y finalmente la cocina, en la cual si te
acercabas un poco mas podías ver dos puertas de cada lado de esta que dirigían,
la de la derecha al cuarto de la niña, y la de la izquierda al cuarto de
pánico.
Termino de desayunar y
fue a conseguir una escoba y un recogedor, y después de limpiar el cochinero
que había dejado en el que por ultima vez llamaría su cuarto se dirigió a la
salida, ya teniendo abierta la puerta suspiro un adiós al aire sabiendo que el
la escuchaba y después salio cerrando con llave sin importarle que dirían los
vecinos al verla salir con la misma ropa que llevaba al llegar la noche anterior,
y para concluir con su adiós tomo las llaves y las lanzo dentro de la casa
através de la única ventana que estaba localizada a un metro de la puerta y
caminó hacia la calle.
Pudo escuchar un
quejido, que cualquiera que no lo hubiera escuchado antes lo confundiría con un
animal salvaje, pero no estaba dispuesta a dejarse ganar por este una vez mas,
así que saco el cassette del walk-man que aun colgaba en su pantalón y dándole
vuelta reprodujo esta vez el lado “b”.
...................................................................................................................................................................
En fin, no es mucho pero espero que les haya ayudado a pasar un buen rato... por cierto, para los que la palabra walk-man no les suene, era un pequeño aparato que se colgaba del pantalón en el que podías reproducir cassetes, algo así como los disk-man pero cuadrado.
No les robo más su tiempo con mis tonterías chicos, les agradezco por su tiempo, su apoyo y su comprensión.
Siempre suya...
La diablilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario